Hola chicxs!
En esta columna semanal debo hablar sobre cómo creo que será el día de una educadora social en 2050. Voy a ponerme en primera persona y llevaros a un día cualquiera conmigo.
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Buenos días! Son las siete de la mañana y acaba de sonar la alarma, la apago y me quedo un rato más en la cama, aunque luego tenga que ir con prisas como siempre pero es que odio madrugar🫠. Después de unos minutos de debate interno decido levantarme de la cama antes de que se me haga más tarde. Mientras se prepara el desayuno, me doy una ducha rápida para terminar de espabilarme y reviso lo que tengo que hacer hoy: reuniones, intervenciones programadas y algunos recordatorios para actualizar informes en la plataforma de seguimiento de casos. Tengo una jornada intensa por delante y no vuelvo a casa hasta por la noche, así que me pongo ropa cómoda.
Trabajo como educadora social en un centro penitenciario, donde mi tarea se centra en la reinserción y el acompañamiento de los presos. Gracias a los avances tecnológicos, puedo hacer seguimiento personalizado de cada interno con la inteligencia artificial, que ayuda a mejorar mis intervenciones. Pero aún así, la parte más importante sigue siendo el contacto humano: escuchar, acompañar y generar un espacio de confianza.
Mi jornada empieza a las nueve en punto. La primera sesión del día es con un grupo de internos que participan en nuestro programa de educación emocional y reinserción laboral. Hoy toca trabajar en la gestión del estrés y la resolución pacífica de conflictos dentro del centro, pues últimamente se están desatando muchas peleas. Entre ellos está Jose Luis, un hombre de 32 años que cumple condena por robo agravado. Tiene un extenso historial de violencia y dificultades para controlar su ira, pero en los últimos meses ha mostrado interés en cambiar. Poco a poco, ha aprendido a expresar sus emociones sin recurrir a la agresión, aunque todavía le cuesta un poco confiar en los demás, pero yo sé que lo va a conseguir.
Más tarde, tengo una sesión individual con Jose Luis. Me cuenta que ha estado teniendo problemas con otro interno y le da miedo perder el control en una discusión. Le propongo un ejercicio de visualización en nuestra sala inmersiva, donde puede enfrentarse a diferentes escenarios y ensayar respuestas más asertivas. Aunque al principio no está muy receptivo, termina reconociendo que le ha servido para ver las cosas con más claridad. Aun así, sé que la empatía y la escucha activa siguen siendo mis herramientas más valiosas.A mediodía, me tomo un descanso y aprovecho para desconectar un poco en la pequeña zona verde del centro penitenciario, donde me gusta comer al sol mientras me alejo un poco de las pantallas. Aunque la tecnología facilita mucho mi trabajo, también necesito estos momentos para desconectar. De vuelta en mi oficina, me reúno con el equipo para evaluar el impacto de nuestros programas y proponer cambios y mejoras. Contamos con datos en tiempo real sobre la evolución de los internos, pero siempre ponemos por delante nuestra intuición y experiencia con ellos, ya que llevamos mucho tiempo aquí.
Por la tarde, imparto un taller sobre resolución de conflictos y habilidades sociales. Utilizamos simulaciones en 3D para recrear situaciones cotidianas en la cárcel, así pueden buscar alternativas por si vuelve a ocurrir algo así y no tienen que recurrir a la violencia. Jose Luis participa activamente y por primera vez, propone una solución en vez de reaccionar con enfado. Cada vez veo más avance en él.
Termino mi jornada a las ocho de la tarde, revisando algunos informes y dejando notas de seguimiento para el día siguiente. Antes de irme, me despido de mis compañeros y de los internos con los que he trabajado hoy.
Al llegar a casa, cocino algo rápido y ceno viendo una serie para despejarme un poco. Me echo en la cama a leer un rato y me pongo las gafas de desconexión digital, que reducen el impacto de la luz azul y ayudan a relajar la mente antes de dormir.
Mañana será otro día duro, pero lleno de oportunidades para seguir transformando vidas. Porque aunque la educación social en 2050 tenga nuevas herramientas, su esencia sigue siendo la misma: acompañar, orientar y generar cambios positivos en la sociedad.✨
Buenas noches.
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